Nueva York es una ciudad de esquinas, rincones y sobretodo sitios únicos en el mundo. Esos rincones que hace que plantees muchas cosas, que te invitan a meditar, a volar la imaginación, y uno de ellos a mi entender es Bethesda Terrace, en pleno corazón de Central Park.
Bethesda Terrace se encuentra al final del Mall, en la mitad sur de Central Park, aunque tambien se puede acceder a través de la calle 72, desde el West o el East side. Considerado como el corazón de central Park, esta pequeña plazuela/galería se encuentra rematada con una fuente diseñada por Emma Stebbins en 1873, coronada por el Angel of Waters con una perfecta armonia en el entorno donde brilla el arte románico, gótico y renacentista.
Como anécdota, la alegoría del Angel of Waters va relacionado con el capítulo 5 de la Biblia, versículo 1 – 18 de San Juan que trata sobre el Paralítico de Bethesda. pero ¿qué relación tiene esto con Central Park? Basicamente se usó esta escultura para conmemorar la llegada de agua de gran pureza a Nueva York a través del acueducto de Croton finalizado en 1842.
Os dejo algunas fotos que he encontrado por flickr, aunque seguro que a mas de uno/a os suena de haberlo visto en más de una película 😉 Si visitáis Nueva York no dejéis escapar este rincón neoyorquino por excelencia. A disfrutar!
Roger Smith Hotel in 3 minutes es una composición creada por Marc Vilalta, compañero de trabajo y amigo. Barcelonés de nacimiento, neoyorquino de corazón, es actualmente el social media manager del Hotel Roger Smith en Barcelona. Su tumblr, que no me canso de recomendar, lo tenéis en www.bcnnyc.com donde os animo a que echéis un vistazo a todos sus videos, me gusta especialmente este Marc y mac
Respecto a Roger Smith Hotel, que puedo decir de este edificio, esta institución y sobretodo la familia que lo dirige y lo tienen en propiedad, los Knowles. A todo ello le debo mucho, empezando por darme la oportunidad de vivir en Nueva York a cuerpo de rey, de rodearme de un equipo que, guste más o guste menos, siempre ha sabido enseñarme el lado más humano de todas cosas pero sobretodo de tener confianza en mi y poner en mis manos la dirección de todo un departamento del hotel en pleno corazón de Manhattan. El levantarme cada mañana, subir una planta y poder dar los buenos días al edificio Chrysler no esta pagado ni con el mejor oro del mundo.
Aquí tenéis a continuación el vídeo de Marc, espero que lo disfrutéis tanto como yo. I am Roger Smith
Si queréis visitar la Web del hotel lo podéis hacer en www.rogersmith.com
Hace poco, mirando mis notas en el iPhone mientras iba al trabajo en tren, descubrí que tenía cosas escritas de mi viaje a Asia, que realicé entre Enero y Febrero de 2009. Conforme me iba acercando a mi destino y el tren iba diciendo las últimas paradas, me encontré con una nota de la que ya ni me acordaba, una de mis tonterías mientras volaba de Singapur a Hong Kong. El caso es que leyéndola me fui enganchando cada vez más y más, hasta el punto de que casi me teletransporte. A tal extremo llegó el delirio que por un momento llegué a oir: tininoninoni (entiéndase cortinilla de renfe) próxima parada, Koh Samui, next stop: Koh Samui. Y aquí comenzó la historia…
Ya llevamos 2 días en el sur de Tailandia y aún no me lo creo. Ya desde el avión se divisaban pequeños islotes, ni una mínima parte de lo que nos ibamos a encontrar al aterrizar. Koh Samui es un archipiélago de islas al sur de Tailandia en el mismo mar que baña Filipinas e Indonesia. Playas de postales, palmeras a pie de arena y un tiempo en el que solo se veían las nubes en la lejanía.
Al final decidimos cogernos un hostal en vez de un hotel, primera línea de playa en Chawang, una zona bastante turística. Pero como siempre me invade el espíritu aventurero, allí fui yo, una mañana del 3 de Febrero de 2009 a buscar la playa perdida o simplemente la Playa, ese sitio donde se rodo la pelicula de Leonardo DiCaprio. Andando durante 40 minutos me fui yo solo mientras mis compañeros resacosos dormían plácidamente. Los turistas iban quedando atras y al final cada vez menos hotel y más vegetación. Al fondo se divisaba una isla, parecía bastante lejana, así que monté mi campamento base en una lengua de arena mientras intentaba planear como llegar. Era una isla con una choza abandonada, una playa con palmeras que rozaban el agua y una gran jungla que coronaba su montana. Definitivamente tenía que ir allí. Me armé de paciencia, observé a varias personas que cruzaron, pero aun me quedaba la duda de si iba a mojar el iPhone y la cámara, pero que coño! bolsa de plastico y a tomar por culo. 25 minutos de larga travesia, peces de colores por todos sitios y la arena iba dando paso a los malditos corales, como pinchaban los jodios! Poco a poco los corales volvian a ser arena, señal de que ya estaba llegando a la orilla, la orilla de mi pequeno paraíso. Eran las 2 de la tarde y al fondo se divisiban los turistas, en la playa de enfrente, yo seguía en mi isla con la única sintonía de los monos maulladores que estaban isla adentro. Al cabo de una media hora vi más gente haciendo la ruta que yo hice para llegar aquí. Pense mierda, ¡se me acabo el rollo! Pero bueno, al menos era un grupo de tres chicas jóvenes y yo que tenía ganas de chachara, eso fue el ingrediente perfecto para iniciar una conversación. Eran australianas, cada una de una ciudad distinta, Melboune, Brisbane y Sidney; y entre coco, teta y cangrejo estuvimos casi una hora explorando la costa de la isla, isla diminuta pero que daba mucho juego. Al caer el sol llego la hora de despedirse, nos dimos facebooks, emails y toda la parafernalia y vuelta al hotel donde me esperaban ansiosos mis companeros de viaje, Aaron y Marc. Ducha, cena regada con vodka tonica y con la alegría metida en el cuerpo nos fuimos a indagar la otra jungla de la isla, la vida nocturna. Mucho baile, mucho alcohol, mucho tecno y muy poco rock and roll, simplemente mi paraíso, el sitio donde volveré algún día en mi vida, Koh Samui.
Desgraciadamente renfe me devolvió a la realidad, ni más bonita ni más fea que la de Koh Samui, simplemente distinta. Curiosamente, al final la isla no era en la que se rodó La Playa, esa era Koh Phi Phi en el mar de Andamán, pero la película sigue en mi cabeza.
Justo hace dos meses y medio estrenamos dígitos, 2010, bonito número lleno de buenos propósitos e ilusiones. Metas cumplidas y otras en camino de cumplirse hacen que la suma que llevamos de este año y sobretodo del anterior un saldo más que positivo. Sinceramente os deseo a todos los que me seguís exactamente lo mismo, como mínimo.
Y la primavera por fin comienza a asomar en las calles neoyorquinas, dejando atrás lo que ha sido considerado como uno de los inviernos más duros jamás recordados, llegará el año que viene y quizás oigamos eso mismo de nuevo, lo sé. El caso es que si estás pensando en visitar la Gran Manzana, ahora comienza la época buena. Esa es una de las preguntas del millón en esos e-mails que me mandáis y aquí admito publicamente: soy extremadamente vago para contestar, NO TENGO PERDÓN DE DIOS!! LO SIENTO!!
El tiempo en Nueva York es una auténtica lotería, podeis toparos con un mismo día en el que tengáis las 4 estaciones juntas, todo cuestión de suerte. Personalmente y por experiencia personal, recomiendo dos intervalos, que son de marzo a junio y de septiembre hasta mitad de noviembre. Tendréis la mejor temperatura, o la mayor probabilidad de tener la mejor temperatura 😉 además de días soleados, aunque lo de la lluvia es otro cantar. Sinceramente los dos meses que no recomiendo bajo ningún concepto visitar Nueva York son los meses de enero y julio. Frio y calor extremo como en vuestras peores pesadillas. Solo volad esos meses si os ha tocado el viaje en una tómbola, se os ha muerto alguien en la city o algo similar, y si no me creéis, probadlo! 😛
A todos los que voleis próximamente os deseo un feliz viaje, quizás nos crucemos en el aire o en la próxima feria de turismo de Chicago el próximo 29 de Marzo.